Día a día miles de argentinos empiezan a invertir sus ahorros a través de distintos instrumentos en el mercado de capitales, muchos tienen un conocimiento muy reducido del ámbito, otros cuentan con más información o alguna experiencia en el rubro. Muchos invierten siguiendo su instinto, las noticias o el consejo de un amigo, ¿Se puede tener éxito en las inversiones sin tener conocimientos avanzados?
La respuesta no es tan simple como puede parecer, antes de pensar si podemos o no ganar dinero en el mercado sin ser expertos, tenemos que definir el concepto de éxito, para algunas personas el éxito es acertar una operación específica, para otras acertar todas, que el rendimiento sea positivo, que el rendimiento le gane a la inflación, etc. etc. etc… Cada persona tiene una noción de lo que tener éxito significa basado en su objetivo personal, si tomamos una definición lógico-matemática podemos decir que tener éxito en las inversiones es hacer inversiones que en promedio superen el valor de compra inicial, es decir, que deje ganancias.
Es posible tener ganancias sin ningún conocimiento del mercado ya que, por cuestiones de probabilidad, existe un 50% de chances de acertar el comportamiento de un activo. Dado que el activo puede subir o bajar únicamente, las posibilidades son dos y las chances al azar son 50/50. ¿Es recomendable? Obviamente no, el mercado de capitales no es un juego de azar, es análisis. Para poder sostener la rentabilidad en el tiempo, reducir riesgos y obtener mejores resultados la respuesta siempre es la misma, análisis.
Si bien no es necesario contar con un conocimiento extremadamente avanzado para empezar a invertir es importante conocer los conceptos básicos y contar con un buen asesoramiento profesional, generalmente el amigo que sabe, el conocido que le va muy bien y el vecino que se hizo millonario y ofrece ayuda para empezar a invertir son pantallas o suerte de principiante, a la hora de invertir los ahorros hay que ir a buscar la información con un profesional habilitado por la comisión nacional de valores (CNV). Así como no dejaríamos que un amigo mecánico nos haga una cirugía de corazón, no deberíamos seguir recomendaciones financieras de personas que no tienen el conocimiento, experiencia y autorización para hacerlo.
¿Qué conocimiento debo tener para empezar a invertir?
Ante nada la base que cualquier nuevo inversor necesita conocer tiene que ver con los objetivos, realidades y situaciones personales. El nuevo inversor deberá tomarse el tiempo y con paciencia definir cuál será el monto para invertir, el plan a utilizar, el objetivo, los plazos y los riesgos que se está dispuesto a asumir.
Monto para invertir: es fundamental que el monto a invertir sea un capital que no firme parte de tu presupuesto diario, que puedas disponer libremente de ese monto y que cuentes además con un ahorro o fondo de emergencia (salvo que la inversión que realices te permita disponer con inmediatez y sin costos elevados de parte de tu capital). No es posible armar un plan de inversión donde el capital es prestado o donde será necesario para afrontar pagos en el futuro como una tarjeta de crédito o una cuota hipotecaria.
Plan de inversión: el inversor tiene que saber, y asumir el compromiso, de destinar el capital definido como monto a invertir a las inversiones o si elije realizar aportes con determinada periodicidad respetar ese compromiso. El compromiso, no es con el mercado, ni con El bróker, es con uno mismo.
Objetivo: ¿Para qué invierto? ¿Cuánto quiero ganar? Ya sea en monto o porcentaje o bien con un objetivo que no esté atado en un principio a un rendimiento lineal matemático, hay que saber para que se está invirtiendo.
Plazo: una vez conocido el objetivo, tenemos que definir en que plazo (o dentro de que parámetros) esperamos o queremos cumplirlo.
Riesgo: ¿Qué riesgo estoy dispuesto a asumir? Es necesario conocer que voy a arriesgar y como voy a actuar ante situaciones negativas en el mercado.
Existe una relación entre todos estos puntos y es importante saber que todos tienen un significado y representan algo sobre los demás. Por ejemplo:
Si tengo un monto a invertir de 10.000 usd, mi objetivo es duplicar el capital tanque necesito 20.000 usd para comprar un auto y el plazo es 5 años necesito una tasa media de 15% anual en usd. En este escenario el riesgo a asumir tendrá que ser de moderado a alto.
Si en el mismo supuesto anterior yo cuento con 19.000 usd y en un año necesito obtener 20.000, mí tasa deberá ser de 5% anual. Donde el riesgo será bajo.
La relación entre riesgo retorno es directamente exponencial, es decir, a mayor retorno esperado, mayor riesgo asumido. Repito, exponencial. Si yo espero un rendimiento de 5% y mí activo presenta un riesgo de 5%, si elijo un activo con rendimiento esperado de 10% mi riesgo no será 10, será mayor aún. Esto se debe a que la volatilidad de los activos de mayor retorno esperado es realmente alta.
Cuando nada en la cuenta parece cambiar, lo que cambia es el riesgo. Si yo aporto menos capital, dispongo de menos tiempo o busco mayor retorno, estoy aumentando el riesgo.
Una vez conocida está información, el nuevo inversor no podrá saber que instrumento elegir para invertir sus ahorros, pero brindando está información a un asesor financiero este podrá armar un portafolio que se adapte a la necesidad del cliente.
El nuevo inversor también puede hacer un análisis propio de los instrumentos financieros, pero esto implica tiempo y conocimiento.
El título de la nota refiera a hábitos, ¿De qué hábitos hablamos?
Cómo vimos anteriormente hay más que suerte en los resultados, pero no solo depende de armar una buena estrategia, conocer los objetivos, tener un buen asesor e invertir, hay determinados hábitos y conductas que marcan el rendimiento de las inversiones de manera directa.
Respetar el monto a invertir, objetivos y plazos: el buen inversor debe ser responsable y cumplir con su palabra, como dije antes, el compromiso es con él, no con terceros. Para que el plan de inversión pueda llevarse a cabo desde principio a fin tal como fue planteado ya que, como dije, cambios en este sentido pueden traducir en modificar el riesgo o el retorno. También puede en algunos casos generar costos extra.
Compromiso, el buen inversor debe tener el compromiso de revisar sus inversiones, de aprender sobre las operaciones que realiza y principalmente de conservar el capital destinado a inversión invertido y no destinarlo a otro tipo de gastos.
Constancia, el buen inversor debe ser constante en la reinversión de sus ganancias y/o dividendos (si este es el plan) y con los aportes de capital (si así se planifico).
Templanza, el buen inversor debe ser objetivo y no dejarse llevar por la emocionalidad en el mercado, hay días buenos y malos, pero para tener éxito hay que tomar decisiones y sostenerlas en el tiempo.
Es muy común ver inversores armar un excelente plan de inversión y luego modificarlo por cambios en los objetivos, retiros de capital, cambios en los plazos y otras modificaciones que generan la imposibilidad de éxito del plan de inversión.
También el miedo hace muchas veces vender en malos momentos o comprar por fomo (miedo a quedarse afuera) y resulta en perdidas o en obtener menores ganancias a las esperadas inicialmente.
Durante 2023 el merval, índice accionario argentino, rindió 420% no obstante hubo inversores en acciones que obtuvieron ganancias por encima del 1000% y otros que perdieron dinero. ¿Como puede existir distintos escenarios tan opuestos sobre los mismos activos en el mismo plazo? Simplemente algunos compraron y mantuvieron sin importar lo que sucediera día a día, otros compraban cuando había pesimismo y vendían en el optimismo y los últimos compraban en el optimismo y vendían en el pesimismo, la diferencia, aparte de económica, no estuvo en el conocimiento del inversor, sino en cuanto respeto su plan o que tanto permitió que el miedo jugará con sus decisiones.
Es fundamental construir hábitos positivos en las inversiones y contar con un buen asesoramiento profesional, con esos dos puntos cumplidos y tiempo, el mercado puede darle éxito a cualquier inversor.