PANORAMA ECONÓMICO EN ESTADOS UNIDOS ANTES DE LA REUNIÓN DE LA FED DEL 9 Y 10 DE DICIEMBRE 02.12.2025

Actividad Manufacturera

Según la última encuesta del Institute for Supply Management (ISM), la actividad manufacturera en EE.UU. continuó en contracción en noviembre de 2025, con un índice PMI de 48,2 puntos (por debajo del umbral de 50 que separa expansión de contracción) marcando así el noveno mes consecutivo en terreno negativo. Esta tendencia refleja una demanda final más moderada, tanto doméstica como externa, en un contexto de tasas de interés altas y condiciones financieras más restrictivas.

Uno de los factores centrales detrás de esta dinámica es la desaceleración del consumo de bienes durables ( como electrodomésticos, maquinaria, vehículos). que históricamente es muy sensible al costo del financiamiento. A esto se suma el impacto de mayores costos de insumos, algunos asociados a tarifas y a la persistente reconfiguración de las cadenas de suministro globales. Esta combinación de demanda más débil y costos todavía elevados reduce márgenes y lleva a las empresas a operar con cautela, postergando inversiones y ajustando sus niveles de inventario.

En resumen, la industria manufacturera estadounidense enfrenta un contexto de demanda más débil, costos aún elevados y condiciones financieras exigentes. Para los inversores, esta combinación sugiere un crecimiento moderado en el corto plazo, mayor sensibilidad a la política monetaria y un posible apoyo adicional a los argumentos de una Fed más inclinada a reducir las tasas o aliviar las condiciones financieras en la próxima reunión del 9 de diciembre.

Desde Boston, en informes de meses anteriores mencionamos que Trump pondría de cabeza al mundo y en especial a la economía de Estados Unidos. Los aranceles no era la forma de expandir la economía, por el contrario, son los ciudadanos estadounidenses los que están pagando los costos.


¿Qué puede hacer la FED?

Básicamente tiene 3 escenarios: aumentar la tasa, dejar estable y recortar nuevamente como viene haciendo. Según la herramienta de FedWatch del CME Group, Wall Street le dan un 87% de probabilidades al recorte de tasas bajo las condiciones económicas actuales. El recorte sería de 25 puntos básicos. La probabilidad ha subido luego de la última reunión de la FED debido a los datos de la economía estadounidense que reflejan debilidad en el mercado laboral y en la industria.

Los economistas del banco norteamericano JP Morgan ahora prevén que la FED recortará la tasa en 25 puntos en diciembre. Además, el banco proyecta otro recorte en enero de la misma cuantía.

El ajuste de proyecciones también responde a las recientes señales emitidas por algunos miembros del Comité, que han reconocido que el endurecimiento monetario acumulado ya está generando un freno más visible sobre el crédito y la inversión. En este contexto, un recorte preventivo en diciembre tendría como objetivo evitar un enfriamiento más pronunciado de la economía en 2026 y facilitar una transición ordenada hacia tasas más consistentes con un escenario de crecimiento moderado y precios en convergencia hacia la meta del 2%.

Desde Boston, nos reservamos a determinar un escenario. Pero lo cierto es que más probable que la tasa siga bajando siempre que Powell priorice proteger al mercado laboral. Como contrapartida, una baja de la tasa de interés puede presionar al alza la inflación, pero dado el contexto de debilitamiento de demanda interna como externa, la sensibilidad de los precios a una baja de tasas, puede ser insignificante. En este contexto, es más probable que la FED vuelva a bajar las tasas.


Déficit Fiscal

La apertura del año fiscal 2026 dejó en evidencia la persistente fragilidad del balance público en Estados Unidos. En octubre de 2025 el gobierno federal registró un déficit mensual de US$ 284.000 millones, un monto muy elevado que revela tensiones estructurales.

Aunque este número refleja en parte efectos transitorios (como el traslado de pagos de prestaciones originalmente programados para noviembre hacia octubre, tras el cierre parcial de gobierno que demoró aprobaciones de asignaciones), el monto no deja de ser un indicador de la fuerte trayectoria de endeudamiento que persiste. Ajustando por esos desplazamientos, el déficit real sería de US$1,78 billones para el FY25, apenas un 2 % por debajo del déficit de 2024. Esto implica que, a pesar del aumento en los ingresos por aranceles (producto de tarifas aduaneras más altas), el desequilibrio estructural apenas se ha moderado.

Según estimaciones de la Congressional Budget Office (CBO), este déficit representa alrededor del 6,0 % del PIB (una cifra elevada en estándares históricos), lo que refuerza la presión sobre deuda pública y sostenibilidad fisca

El déficit fiscal de EE. UU. sigue siendo un punto caliente en la evaluación macroeconómica mundial. A pesar de los ingresos extraordinarios por aranceles y de mejoras puntuales en recaudación, los desequilibrios estructurales y el alto gasto obligatorio mantienen el desequilibrio presupuestario. Para inversores internacionales, esto configura un factor de riesgo persistente: mayor riesgo se debería traducir en mayores tasas (en mediano plazo), que encarecería los costos de financiación, debilitaría la actividad económica y el mercado laboral, y podría debilitar la moneda. Esto con una perspectiva de mediano plazo. Todo dependerá de cómo el gobierno financie el déficit, pero algo está claro: no deberá hacerlo con emisión.


Inflación

El índice de precios al productor muestra una variación del 0,3% mensual en septiembre, que anualizada da 2,7%. Esta suba podría adelantar una suba del índice de precios al consumidor (CPI) para ese mes. La inflación en Estados Unidos continúa mostrando un piso elevado: el nivel general de precios se mantiene más cerca del 3 % interanual que del objetivo tradicional del 2%.

Según un informe reciente de Balanz Capital, que cita Bloomberg, los aranceles no determinarían mayormente el incremento de precios y sostiene que la presión inflacionaria viene de sectores con menor exposición al comercio exterior. Según Balanz, vendría de los servicios y alquileres ya que han tenido mayor contribución al aumento del CPI.

El panorama actual de inflación en EE.UU. muestra signos de moderación en algunos rubros, pero mantiene una estructura de presiones persistentes, especialmente en servicios y vivienda. Esto implica que la desinflación será gradual y dependiente de múltiples factores: evolución del mercado laboral, demanda interna, costos energéticos e insumos, y decisiones de política monetaria. Para inversores, esa combinación exige un enfoque selectivo: podría favorecer a activos vinculados a sectores defensivos, a largo plazo, o a aquellos beneficiados por recortes de tasa, mientras castiga a quienes dependan de fuerte consumo interno si la inflación no cede.


Desempleo

En septiembre, la tasa de desempleo en EEUU aumentó al 4,4%, siendo la tercera suba consecutiva desde el 4,1% registrado en junio. Este nivel marca la tasa más alta desde octubre 2021, en un contexto post-pandemia. Esto confirma aún más las posibilidades de un recorte de tasas de la FED.

En las últimas semanas, las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo en Estados Unidos mostraron una leve baja: según los datos más recientes, las nuevas solicitudes cayeron a 226.000 en la semana terminada el 8 de noviembre, desde 228.000 la semana previa

Este comportamiento sugiere que, por ahora, el mercado laboral no enfrenta una oleada de despidos masivos, pero tampoco muestra capacidad de generación de empleo. Es decir, parece haber un estancamiento y debilidad en el mercado laboral. Si las tasas de interés aumentaran, tendría un impacto significativo en el desempleo, no en el caso contrario donde una baja no tendría tanto impacto en la inflación debido a un estancamiento de demanda interna. En resumen, los empleadores parecen retener la fuerza de trabajo, pero la creación neta de empleo se ha desacelerado.


Conclusión

Seremos simples. Dado el contexto económico estadounidense y las elevadas valoraciones de las empresas tecnológicas, sugerimos salir de éstas e ir por activos menos riesgosos.


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